El pasado lunes se conoció el acuerdo de la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, con las empresas eléctricas (ENDESA, Iberdrola, Naturgy) sobre el desmantelamiento del parque nuclear español. Tras conocerse la noticia, la Junta de Extremadura comunicaba a los medios, su compromiso con la actividad de la central nuclear hasta que haya alternativa laboral de garantía.
Sin embargo, para EQUO Extremadura los plazos y las prórrogas de vida de la central nuclear incurren en una irresponsabilidad para con la ciudadanía extremeña y su entorno. En este sentido, la formación política reclama a la Junta explicaciones a propósitos de las subvenciones recibidas para lograr alternativas de empleo sostenibles al cierre de las dos centrales nucleares.
En palabras de Chusa Barrantes, coportavoz de EQUO en Extremadura, “No podemos continuar con esta situación irresponsable cuando sabemos que existen fallos técnicos en la central por su vejez. El cierre de la central nuclear de Almaraz, no debe ser una cuestión puramente empresarial, sino una muestra del compromiso con otro modelo más sostenible y limpio. La responsabilidad última si ocurre una desgracia ambiental caerá sobre el gobierno socialista que le está dando largas a un problema que llevamos asumiendo los extremeños desde hace décadas”.
Así mismo, la formación verde extremeña, exige a la Junta de Extremadura que asuma la responsabilidad del cierre de la Central Nuclear de Almaraz en tiempo y forma. “El gobierno socialista conocía la vida útil de la central desde su apertura. Para la Junta de Extremadura, Almaraz han sido y son votos. Creo han tenido suficientes décadas para pensar en una solución laboral para las vecinas y vecinos del Campo Arañuelo. Cuando los dirigentes de una región no piensan ni en el futuro cercano, ni en el de las generaciones venideras, más que proporcionar empleo les ha regalado un puñado cadenas atadas a una central nuclear que será su tumba, les ha condenado a no ser libres”, continua Barrantes.
Almaraz no es el primer municipio que debe afrontar una transición ecológica. Chusa Barrantes indica que “tenemos ejemplos, como el caso del municipio de Loos-En-Gohelle, en Francia, que pasó del carbón para convertirse a una población que produce 100% renovables tanto para su consumo propio como para la exportación. Las energías limpias y democráticas tienen que ser nuestros objetivos”.