Urgen medidas para la eliminación de la violencia contra las mujeres

El día 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se conmemora la fecha en la que fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal en la República Dominicana en 1960. 

El informe de Amnistía Internacional en España es demoledor en sus datos sobre este drama que es nacional e internacional. La violencia contra las mujeres es una de las manifestaciones más crueles de la desigualdad en la sociedad. La lucha contra la misma debe ser integral.

Es bueno tener una Ley que nos ampare y con la que se pueda juzgar y castigar, pero la Ley por si misma no previene la violencia. 

Las estadísticas nos dicen que incluso las mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas no han denunciado en un importante porcentaje.

La violencia contra las mujeres, y en general contra todo lo femenino, tiene una base social arraigada y se entreteje en las relaciones afectivas dentro de la familia, por lo que la tarea que tenemos por delante es abrir los ojos, incidiendo en el ámbito rural, donde se producen un mayor de actos violentos contras las mujeres, sobre lo injusto de nuestras formas de relación, que dejan fuera de los derechos de libertad y dignidad a la mitad de la sociedad. 

Se deben buscar nuevas medidas que sirvan para acabar con la violencia de género. Acciones de sensibilización continuadas como forma de prevención y apoyo a instrumentos como la mediación que ha demostrado su eficacia a la hora enfocar los problemas desde una perspectiva capaz de desarrollar la capacidad de empatía. 

Para nosotras es tan importante prevenir como ofrecer posibilidades de escape a las mujeres que están viviendo en situaciones de violencia. 

Por ello, y siendo conscientes de lo mucho que influye el aspecto emocional en este problema, consideramos que sería mucho más realista y humanitario, facilitar a las víctimas poder escapar no solo con sus hijas e hijos, sino también con sus animales de compañía, que son una parte fundamental de la familia, y que el miedo por sus vidas retrasa en muchos casos la salida de las mujeres de la vivienda compartida con su maltratador.